Velas
blancas, cuerpo a cuerpo, piel salada a contratiempo.
Desprevenida,
agarrada, a tu vela me mantengo.
La marea agitada, me disuelve en tu
universo.
Siento frió en el camino, y de pronto me congelo.
Soy de hielo
un cubo quieto, al trasluz desaparezco.
Tengo armas, soy guerrera lucho
con todos mis miedos.
Me subo al viento y no lamento, soy un pájaro
azul pequeño.
Me transformo me hago grande, y en espacio me convierto.
Y
me abrazo a tu aventura, uno mi media moneda.
Dos en un coche sin marchas, con la luna de
compañera.
Viajando en la noche quieta, no nos falta gasolina.
grito alto
canto fuerte. copiloto de tu risa.
Porque yo soy desde que tu me miras,
porque yo soy desde que tu me miras..
Ya no quema la distancia, liada de silencio.
Soy estrella, tengo fuego, ardo todo el firmamento.
Detrás de vidrios ahumados, camuflados frente al ruedo,
Detrás de vidrios ahumados, camuflados frente al ruedo,
Caminando de puntillas sin saltar al agujero.
Cabalgando sin montura, en un galope de valientes.
Cabalgando sin montura, en un galope de valientes.
Escondidos, siempre atentos tentadores de la suerte.
Jugador ilusionista, sin chistera y con pañuelo.
Jugador ilusionista, sin chistera y con pañuelo.
Me invitas a tu velada y a mi risa prendes fuego.
Y me subo en tu velocidad, un año de rosas blancas.
Aprendiendo a caminar, sorprendidos entre lágrimas.
Late mi corazón rojo, agarrado a una cometa.
Y me subo en tu velocidad, un año de rosas blancas.
Aprendiendo a caminar, sorprendidos entre lágrimas.
Late mi corazón rojo, agarrado a una cometa.
Que dibuja esta canción pa’ que escuche mi poeta.
Porque yo soy, desde que tú me miras. Porque yo soy, desde que tú… me miras.